miércoles, 30 de diciembre de 2015

"Los orígenes olvidados de Silvia Abril"

“Los orígenes olvidados de Silvia Abril”.

¡Hola a todos, mis queridos lectores!

Antes de nada me gustaría desearos una feliz Navidad a todos aquellos que estáis detrás de la pantalla. Me gustaría además, daros las gracias por tener un poco de fe en mí y en aquellos pensamientos que he convertido en palabras. Algunos habréis entrado en el blog y tras el primer párrafo os habréis marchado, puede que otros hayáis entrado sin querer y hayáis salido tan rápido como el navegador os lo haya permitido, o, mi opción preferida, quizás algún alma caritativa y amante de todo lo que supone esta mujer haya leído mis dos anteriores entradas.

A los nuevos cuyo primer post que leéis es este, bienvenidos. Lo más importante para mí no es el tiempo que alguien lleva prestando atención a tu trabajo, sino que en algún momento determinado lo haga. ¿Habéis oído eso de “mejor tarde que nunca”? A eso me refiero.

Obviamente en esta entrada no os voy a hablar de mí pero quería establecer un paralelismo con algo que llevo observando desde hace algún tiempo. Aquellos que os hayáis hecho fans recientemente de algún artista entenderéis de qué hablo. Recientemente he escuchado a mucha gente quejarse de los nuevos en los clubs de fans, aquellos que se incorporan cuando el artista ya tiene una larga carrera a sus espaldas.

Hace poco más de dos meses asistí a mi primer concierto de Laura Pausini. Desde bien pequeña conocía las canciones de la artista italiana, sin embargo, no fue hasta su reciente éxito en “La Voz” (programa retransmitido por Telecinco) que conocí su lado más “humorístico”. Yo soy una persona que vive día a día acompañada de mi fiel amigo el humor, que nunca me abandona,  y yo sé que se debe a la gran influencia cómica que he tenido a lo largo de mi vida, empezando por José Mota y Silvia Abril.  Después de ver los primeros castings de este programa musical decidí indagar sobre la cantante de Solarolo (Italia) y descubrí una persona bellísima tras esa voz de soprano que canta pop rock. No me voy a enrollar con este tema porque en realidad solo lo voy a usar de ejemplo.

El 24 de Octubre fui al concierto de Cadena 100 “Por ellas” ya que la Pausini iba a cantar para recaudar fondos contra el cáncer de mama. En la cola oí comentarios de todo tipo, entre ellos algunos que afirmaban que solo aquel que seguía a Laura desde sus comienzos la conocía bien. Esto me llamo mucho la atención puesto que opino que, ni siquiera es posible llegar a conocer del todo a alguien con el que convivimos, los artistas se guardan algún as bajo la manga y que, por mucho que sean naturales y sinceros, como creo firmemente que es el caso de Laura, no se terminan de dar a conocer como manera de protegerse a ellos mismos y, sobre todo, a aquellos que quieren y que no eligieron formar parte de toda esa locura que supone un fandom, sino que les toca de refilón por vínculos de sangre o amor. Es cierto que yo no había reparado en Laura como persona hasta Marzo o Abril pero siempre la consideré una gran artista y, aunque no hubiera sido así, ¿no fueron también un día principiantes los más veteranos? Uno no elige cuando se enamora, ¿verdad?

Yo puedo decir que me fui habiendo dormido tan solo cuatro horas, por los nervios de verla, a esperar unas cinco horas en la puerta de la radio para que luego un grupo de fans “veteranos” me empujara, perdiendo yo de esta manera mis gafas de ver, y no parara de zarandearla para conseguir una foto con ella. No os podéis ni imaginar lo contenta que yo me vine con una firma, gracias a una amiga, y con poder haberle hablado, tocado y regalado una flor, una flor que ella se llevó con una sonrisa, entre esa multitud; mientras que otros, seguidores de hace muchos años, hablaban en la cola del concierto sobre como habían sentido vergüenza cuando Laura, contestando con sinceridad a una pregunta, contó una historia sobre su padre. Oyendo esto, la pregunta que me viene a la mente es la siguiente: ¿qué importa el tiempo que llevas siendo fan de alguien si ese apoyo es vacío? “No es más rico el que más tiene,” al igual que no es mejor fan el que lleva más años siguiendo al artista.

Esta aversión a los “nuevos” viene por la imagen dada por la gente que sigue la moda. En esta sociedad prima aquello “que se lleva”. Con la idea de que para ser alguien tienes que ser como el resto, pero en grado superior, nos invade. Por eso, cuando una nueva saga de libros se adapta a la televisión hay un grupo de personas que se lee los libros y se cree lector experimentado. Atención, esto pasa también con aquella gente que ama leer y ve las adaptaciones de sus libros favoritos y se convierte en cinéfilo y crítico de cine. No habré escuchado yo veces eso de “Jennifer Lawrence merecía ganar un Oscar por su actuación en ‘Los juegos del hambre’. Por favor,  recordemos que la actriz no es el personaje al que interpreta.

Esto pasa con todo aquello que se vuelve mediático. Lo he visto en música, cine, etc. De repente ocurre un boom y la gente se vuelve super fan de los Jonas Brothers o Crepúsculo”. ¿Qué sucede más tarde, cuando los medios ya no hablan de esto y el furor se acaba? Estos son olvidados y remplazados por One Direction o “Los juegos del hombre”.

Claramente los fans de verdad, los que permanecen, se molestan y luego se vuelven reticentes ante cualquier persona nueva que intenta entrar en el fandom. Algo que tengo claro es que un fan, si bien no hace falta que tenga que estar desde el principio, sí que ha de estar hasta el final.

El problema surge cuando parte de esa gente que aparece repentinamente, normalmente tras un éxito muy sonado del artista porque esto le permite darse a conocer a más gente (algo que realmente me parece genial y un fenómeno de reinvención que todo artista con recursos debería poseer), se queda con el presente del artista y, aunque esa época vaya a ser la más significativa porque es en el momento en el que te has enganchado, desde de mi punto de vista los orígenes de un artista son primordiales para entender el presente. Todo lo que somos hoy es por lo que fuimos ayer y por todas esas experiencias que llevamos sobre nuestros hombros.   

Ahora sí que entramos en lo que quería comentar y que está íntegramente ligado a aquello que nos ocupa en este blog o, mejor dicho, a aquella. El tema de este post son “los orígenes olvidados de Silvia Abril”.

Hace un tiempo tuve la “suerte” de toparme con el comentario de una chica en una foto que Carlos Latre subió tras la primera gala de TCMS; en ella salía Latre junto a Silvia como Rafaella Carra. Qué tiempos aquellos, ¿verdad? Todo era muy bonito: el público la amaba y, lo más importante, le daba ese amor en forma de puntuaciones altas; el jurado también la puntuaba como era debido; y en la clasificación general su posición era la cuarta. Luego llegó Ylenia y con ella los cuatros, el descenso y los cabreos semanales. Pues bien, no voy a repetir las palabras de esta persona pero lo que venía a decir es que Andreu Buenafuente es el responsable de que Silvia tenga trabajo y éxito. No pude mantener la boca cerrada, o más bien los dedos alejados del teclado del móvil, y le conteste diciéndole que Silvia no necesitaba que su pareja le sacara las castañas del fuego porque ella tiene nombre y, sobre todo, talento propios. Unos cuatro o cinco días atrás, esta chica contestó a mi comentario diciendo algo tan vulgar como incierto. Tras volver a contestarle y reflexionar sobre lo dicho, sentí una gran impotencia porque me di cuenta de que mucha gente ha olvidado cómo empezó Silvia Abril su trayectoria televisiva. Algunos la conocen solo de “TCMS”, otros sitúan sus comienzos en “Buenafuente” con la famosa “Niña de Shrek”, pero pocos son los que saben que, antes de todo esto, ella formó parte del conocido programa televisivo “Homo Zapping”, desde el 2003. Puede que el problema no sea que la gente no lo sepa, sino que se han olvidado o lo han pasado por alto. Con esto lo que quiero decir es que Silvia es autosuficiente como individuo profesional. De hecho, aunque ya había trabajado anteriormente como actriz en el teatro, la fama la alcanzó con este programa, y estoy convencida de que si ella no hubiera entrado a trabajar con su actual pareja lo más grande que habría perdido no habría sido a nivel profesional sino personal: una relación llena de amor y a la hija resultante de este amor. Además, recordad que el personaje de la “Niña de Shrek” ya aparecía en “Homo Zapping”, lo que hicieron en “Buenafuente” fue dejar que Silvia, con ayuda de guionistas, desarrolla más el personaje y llevarlo a otros terrenos.

Niña de Shrek en "Homo Zapping": https://www.youtube.com/watch?v=jdJQOCgYOhM

Niña de Shrek en "Buenafuente": https://www.youtube.com/watch?v=H6C_Lcx-W2k


Como habéis podido ver y espero que apreciar, he utilizado la palabra “actriz”. Algunos pensaréis que es lo normal y otros, todo lo contrario. He escuchado desde halagos hasta críticas hacia ella que no incluían este sustantivo. “Comediante” o “humorista” son algunas de las palabras que más he oído unidas a su nombre. Si repasamos su biografía comprobaremos que Silvia dejo de estudiar Derecho para estudiar en el Instituto del Teatro de Barcelona, “un centro público dedicado a la formación en artes escénicas”. En esta definición proporcionada no se especifica que los artistas que salgan de allí solo sean capaces de realizar comedia. Es cierto que Silvia tiene una manera de mirar la vida en la que el humor está muy presente, algo que hace que irradie felicidad, y que tiene una vis cómica que se ve a lo lejos, pero esto no quiere decir que sus dotes interpretativas se vean reducidas a la comedia, un género con una gran dificultad ya que para mí resulta mucho más difícil hacer reír que llorar. Algo bastante triste es que quieran exprimir a una artista en un género en el que está comprobado que sobresale con nota, restringiéndole de esta manera sus posibilidades de probar otros géneros y, por lo tanto, encasillándola. Ya demostró en el programa de José Corbacho, “Homo Zapping”, que sabe moverse en el terreno del humor, pero también dejó claro que poseía mil caras. Sin embargo, no ha sido hasta hace poco que le han ofrecido el primer papel dramático de su vida en la película “Vulcania”, cuyo estreno está fechado para Marzo del 2016, si no recuerdo mal, y por su interpretación se encontraba entre las posibles candidatas a obtener una nominación al Goya Revelación, que ya se dice pronto que, con todos los años que lleva Silvia en la industria, consideren que es una revelación ahora. La nominación no ha llegado pero lo que sí me ha llegado es un brote de indignación por este reconocimiento que se muestra esquivo con ella.

Lo que sucede no es que Silvia solo quiera dedicarse a la comedia, sino que no le ofrecen otro tipo de papeles. ¿A qué se debe esto?, ¿acaso no se ha comprobado que hay actores consagrados a la comedia, como es el caso de Matthew McConaughey o Sandra Bullock, capaces de hacer drama y salir más que airosos de esa aventura? Puede que la suerte que tienen estos actores de Hollywood es que se encuentran en una industria mucho más grande y las críticas a los actores las realiza gente que se dedica a ello. Estos críticos cinematográficos son personas normales y corrientes, y su opinión sigue siendo por lo tanto subjetiva, pero es gente que, a pesar de estar dentro del mundillo, se mantiene al margen.

Los actores también comentan sobre sus compañeros pero algo que no veremos, en la mayor parte de los casos, es a estos actores internacionales criticar de forma dura la actuación de uno de sus compañeros. Algunos se pasan de buenos y halagan aquello que no se puede halagar, otros son más neutros y comedidos con sus comentarios, y también están los que más se arriesgan, lanzando alguna frase que crea una gran polémica. Sin embargo, no sé si es porque la industria española del espectáculo tiene otra manera de funcionar o solo sucede en el caso de Silvia.

¿Cuántas veces hemos oído algún comentario cercano al desprecio salir de la boca de algún miembro del jurado de TCMS dirigido a Silvia? Pareces como la tía de la familia que no se ha casado, que está borracha en la boda y que se pone a cantar o yo creo que hemos visto a Ana después de tomarse 3 o 4 copitas, y ha sido un poco Ana Torrija (qué gracioso, ¿no?) ¿Llevaría impresos esos comentarios al igual que las puntuaciones? ¿Dónde queda el compañerismo, que hasta han trabajado juntos, y ante todo el respeto? 



Hasta cierto punto se agradece que de su opinión desde el principio porque luego el te voy a dar buena nota para Silvia es igual al te voy a dar una nota regular para El Sevilla, lo que viene siendo en ambos casos un 6.




Como hemos podido ver según ha ido evolucionando esta edición, la valoración que el jurado hace de las imitaciones de los concursantes afecta al público, un público que gala tras gala ha ido disminuyendo los puntos que le da a Silvia. Todo lo que dicen en las valoraciones influye; si ensalzan a unos, Adrián tiene que ganar una gala de ‘Tu cara me suena’, y machacan a otros, esto termina repercutiendo en el comportamiento tanto del público como del concursante.

Las últimas veces, Silvia se ha quedado muy apenada con la valoración y la posterior puntuación. Ella es una persona llena de luz y que sin importar lo que pase es feliz, pero todos tenemos un límite y si te están machacando no vas a estar de humor para comportarte de esa manera tan espontánea y original. Esto es como la pescadilla que se muerde la cola: el jurado le da comentarios negativos, Silvia decae y esos momentos de diversión que patrocina, que al parecer es lo que más valora el público, desaparecen, todo esto es igual a puntuaciones bajas por ambos sitios. Como Silvia no se toma tan mal como podría tomárselo, la mala puntuación se repite la semana siguiente, y así viernes tras viernes.

A mí me gustaría saber porqué le dan artistas que son caramelos por su rasgos tan significativos a un genio de la parodia. Lo que yo creo es que quieren aprovecharse del espectáculo que ofrece Silvia en todo momento para que la animación no decaiga (¡anda que no se nota cuando Silvia está enferma y no puede campar a sus anchas por el plató!). Obtienen unas audiencias impresionantes gracias, en una grandísima parte, a ella y luego no se lo recompensan. En ese caso, si no quieren darle las puntuaciones que se merece al menos que le suban el sueldo, ya que hace el trabajo hasta de las cocineras con tanto pastel.

Al menos estaría bien que sus compañeros la arroparan y le dieran sus 3 puntos de vez en cuando, puesto que ella casi siempre da sus puntos a aquel que va peor en la clasificación ese día (a El Sevilla unas cuantas veces) y sino a aquel que no ha ganado aún y tiene posibilidades en esa gala (Vicky Larraz).

Esperemos que su paso por TCMS, que tanto reconocimiento está teniendo en las redes sociales por parte del público y en los medios de comunicación no sea olvidado, que todos esos nuevos seguidores se mantengan fiel a ella y que sus imitaciones no pasen sin pena ni gloria como lo hicieron en su día sus parodias de Susanna Griso o Isabel Gemio, en Homo Zapping, Carmen Lomana, en La escobilla nacional, o Esperanza Aguirre, en Buenafuente.

Ahora que os he presentado a algunos de los personajes públicos a los que ha parodiado, todo está preparado para que en el siguiente post empiece a hablaros de algunos de estos personajes con el objetivo de que los de siempre revivamos esos momentazos que Silvia protagonizó en el pasado, que los nuevos se empapen bien y recuperen el tiempo perdido y que los que solo conocen una faceta suya entiendan que tiene mil caras.

Me encantaría que dejarais vuestros comentarios con sugerencias e impresiones para que me ayuden en la siguiente entrada y saber qué es lo que más os gustaría leer.

Este año se acaba ya y solo me queda desearos un estupendo final de año y un maravilloso comienzo para el 2016. Mantened este regusto a Abril y continuad leyéndome, queridísimos lectores.


3 comentarios:

  1. Hola. Estoy totalmente de acuerdo con todo lo escrito. Yo la sigo desde sus inicios y se que gran parte del éxito y de donde ha llegado, ha sido por mérito propio. Es una gran actriz, a la par que una gran persona....
    Yo tambien observo cierto "maltrato" por parte del jurado/público de TCMS, y creó que el problema es que ella, por su forma de ser y sentido del humor, no lo "toma a mal", pero los seguidores del programa nos sentimos indignados al ver que una persona que sin saber cantar y que a veces ( unas con más acierto y otras con menos), se esfuerza y pone toda la carne en el asador para echarle todo lo que le tiene que echar a la hora de actuar.
    A mi, por ej..., no me gustaría un TCMS5 con Silvia repitiendo como concursante, si no como parte de jurado del programa. Gran parte del éxito de cada viernes es suyo, sólo hay que remitirse a los minutos de oro o al número de reproducciones de cada una de sus actuaciones...
    Y dicho esto... Decir que me gustan tus reflexiones, pq están escritas desde el cariño y la admiración a una gran artista y mejor persona. :-)

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