“Los
orígenes
olvidados de Silvia Abril”.
¡Hola a todos, mis queridos lectores!
Antes de nada me gustaría desearos una feliz Navidad
a todos aquellos que estáis detrás de la pantalla. Me gustaría además, daros
las gracias por tener un poco de fe en mí y en aquellos pensamientos que he
convertido en palabras. Algunos habréis entrado en el blog y tras el primer
párrafo os habréis marchado, puede que otros hayáis entrado sin querer y hayáis
salido tan rápido como el navegador os lo haya permitido, o, mi opción
preferida, quizás algún alma caritativa y amante de todo lo que supone esta
mujer haya leído mis dos anteriores entradas.
A los nuevos cuyo primer post que leéis es este,
bienvenidos. Lo más importante para mí no es el tiempo que alguien lleva
prestando atención a tu trabajo, sino que en algún momento determinado lo haga.
¿Habéis oído eso de “mejor tarde que nunca”? A eso me refiero.
Obviamente en
esta entrada no os voy a hablar de mí pero quería establecer un paralelismo con
algo que llevo observando desde hace algún tiempo. Aquellos que os hayáis hecho
fans recientemente de algún artista entenderéis de qué hablo. Recientemente he
escuchado a mucha gente quejarse de “los nuevos” en los clubs
de fans, aquellos que se incorporan cuando el artista ya tiene una larga
carrera a sus espaldas.
Hace poco más
de dos meses asistí a mi primer concierto de Laura Pausini. Desde bien pequeña conocía las canciones de la
artista italiana, sin embargo, no fue hasta su reciente éxito en “La Voz” (programa retransmitido por Telecinco) que conocí su lado más “humorístico”. Yo
soy una persona que vive día a día acompañada de mi fiel amigo el humor, que
nunca me abandona, y yo sé que se debe a
la gran influencia cómica que he tenido a lo largo de mi vida, empezando por José Mota y Silvia Abril. Después de ver
los primeros castings de este programa musical decidí indagar sobre la cantante
de Solarolo (Italia) y descubrí una persona bellísima tras esa voz de soprano
que canta pop rock. No me voy a enrollar con este tema porque en realidad solo
lo voy a usar de ejemplo.
El 24 de
Octubre fui al concierto de Cadena 100 “Por ellas” ya que la Pausini iba a
cantar para recaudar fondos contra el cáncer de mama. En la cola oí comentarios
de todo tipo, entre ellos algunos que afirmaban que solo aquel que seguía a
Laura desde sus comienzos la conocía bien. Esto me llamo mucho la atención
puesto que opino que, ni siquiera es posible llegar a conocer del todo a
alguien con el que convivimos, los artistas se guardan algún as bajo la manga y
que, por mucho que sean naturales y sinceros, como creo firmemente que es el
caso de Laura, no se terminan de dar a conocer como manera de protegerse a
ellos mismos y, sobre todo, a aquellos que quieren y que no eligieron formar
parte de toda esa locura que supone un fandom, sino que les toca de refilón por
vínculos de sangre o amor. Es cierto que yo no había reparado en Laura como
persona hasta Marzo o Abril pero siempre la consideré una gran artista y,
aunque no hubiera sido así, ¿no fueron también un día principiantes los más “veteranos”? Uno no elige cuando se enamora, ¿verdad?
Yo puedo
decir que me fui habiendo dormido tan solo cuatro horas, por los nervios de
verla, a esperar unas cinco horas en la puerta de la radio para que luego un
grupo de fans “veteranos” me empujara, perdiendo yo de esta manera mis gafas de
ver, y no parara de zarandearla para conseguir una foto con ella. No os podéis
ni imaginar lo contenta que yo me vine con una firma, gracias a una amiga, y
con poder haberle hablado, tocado y regalado una flor, una flor que ella se
llevó con una sonrisa, entre esa multitud; mientras que otros, seguidores de
hace muchos años, hablaban en la cola del concierto sobre como habían sentido
vergüenza cuando Laura, contestando con sinceridad a una pregunta, contó una
historia sobre su padre. Oyendo esto, la pregunta que me viene a la mente es la
siguiente: ¿qué importa el tiempo que llevas siendo fan de alguien si ese apoyo
es vacío? “No es más rico el que
más tiene,” al
igual que no es mejor fan el que lleva más años siguiendo al artista.
Esta aversión
a los “nuevos” viene por la imagen dada por la gente que sigue la moda. En esta
sociedad prima aquello “que se lleva”. Con la idea de que para ser alguien
tienes que ser como el resto, pero en grado superior, nos invade. Por eso,
cuando una nueva saga de libros se adapta a la televisión hay un grupo de
personas que se lee los libros y se cree lector experimentado. Atención, esto
pasa también con aquella gente que ama leer y ve las adaptaciones de sus libros
favoritos y se convierte en cinéfilo y crítico de cine. No habré escuchado yo
veces eso de “Jennifer Lawrence
merecía ganar un
Oscar por su actuación en ‘Los juegos del hambre’”. Por favor, recordemos que la actriz no es el personaje al
que interpreta.
Esto pasa con
todo aquello que se vuelve mediático. Lo he visto en música, cine, etc. De
repente ocurre un boom y la gente se
vuelve super fan de los Jonas Brothers
o “Crepúsculo”.
¿Qué sucede más tarde, cuando los medios ya no hablan de esto y el furor se
acaba? Estos son olvidados y remplazados por One Direction o “Los juegos del hombre”.
Claramente
los fans de verdad, los que permanecen, se molestan y luego se vuelven
reticentes ante cualquier persona nueva que intenta entrar en el fandom. Algo
que tengo claro es que un fan, si bien no hace falta que tenga que estar desde
el principio, sí que ha de estar hasta el final.
El problema surge
cuando parte de esa gente que aparece repentinamente, normalmente tras un éxito
muy sonado del artista porque esto le permite darse a conocer a más gente (algo
que realmente me parece genial y un fenómeno de reinvención que todo artista
con recursos debería poseer), se queda con el presente del artista y, aunque
esa época vaya a ser la más significativa porque es en el momento en el que te
has enganchado, desde de mi punto de vista los orígenes de un artista son
primordiales para entender el presente. Todo lo que somos hoy es por lo que
fuimos ayer y por todas esas experiencias que llevamos sobre nuestros hombros.
Ahora sí que
entramos en lo que quería comentar y que está íntegramente ligado a aquello que
nos ocupa en este blog o, mejor dicho, a aquella. El tema de este post son “los
orígenes
olvidados de Silvia Abril”.
Hace un
tiempo tuve la “suerte” de toparme con el comentario de una chica en una foto
que Carlos Latre subió tras la
primera gala de “TCMS”; en ella
salía Latre junto a Silvia como Rafaella
Carra. Qué tiempos aquellos, ¿verdad? Todo era muy bonito: el público la
amaba y, lo más importante, le daba ese amor en forma de puntuaciones altas; el
jurado también la puntuaba como era debido; y en la clasificación general su
posición era la cuarta. Luego llegó Ylenia y con ella los cuatros, el descenso
y los cabreos semanales. Pues bien, no voy a repetir las palabras de esta
persona pero lo que venía a decir es que Andreu
Buenafuente es el responsable de que Silvia tenga trabajo y éxito. No pude
mantener la boca cerrada, o más bien los dedos alejados del teclado del móvil,
y le conteste diciéndole que Silvia no necesitaba que su pareja le sacara las
castañas del fuego porque ella tiene nombre y, sobre todo, talento propios.
Unos cuatro o cinco días atrás, esta chica contestó a mi comentario diciendo
algo tan vulgar como incierto. Tras volver a contestarle y reflexionar sobre lo
dicho, sentí una gran impotencia porque me di cuenta de que mucha gente ha olvidado
cómo empezó Silvia Abril su
trayectoria televisiva. Algunos la conocen solo de “TCMS”, otros sitúan sus
comienzos en “Buenafuente” con la
famosa “Niña de Shrek”, pero pocos son los que saben que, antes de todo esto,
ella formó parte del conocido programa televisivo “Homo Zapping”, desde el 2003. Puede que el problema no sea que la
gente no lo sepa, sino que se han olvidado o lo han pasado por alto. Con esto
lo que quiero decir es que Silvia es autosuficiente como individuo profesional.
De hecho, aunque ya había trabajado anteriormente como actriz en el teatro, la
fama la alcanzó con este programa, y estoy convencida de que si ella no hubiera
entrado a trabajar con su actual pareja lo más grande que habría perdido no habría
sido a nivel profesional sino personal: una relación llena de amor y a la hija
resultante de este amor. Además, recordad que el personaje de la “Niña de Shrek”
ya aparecía en “Homo Zapping”, lo que hicieron en “Buenafuente” fue dejar que
Silvia, con ayuda de guionistas, desarrolla más el personaje y llevarlo a otros
terrenos.
![]() |
Niña de Shrek en "Homo Zapping": https://www.youtube.com/watch?v=jdJQOCgYOhM |
![]() |
Niña de Shrek en "Buenafuente": https://www.youtube.com/watch?v=H6C_Lcx-W2k |
Como habéis
podido ver y espero que apreciar, he utilizado la palabra “actriz”. Algunos
pensaréis que es lo normal y otros, todo lo contrario. He escuchado desde
halagos hasta críticas hacia ella que no incluían este sustantivo. “Comediante”
o “humorista” son algunas de las palabras que más he oído unidas a su nombre.
Si repasamos su biografía comprobaremos que Silvia dejo de estudiar Derecho
para estudiar en el Instituto del Teatro de Barcelona, “un centro público
dedicado a la formación en artes escénicas”. En esta definición proporcionada
no se especifica que los artistas que salgan de allí solo sean capaces de
realizar comedia. Es cierto que Silvia tiene una manera de mirar la vida en la
que el humor está muy presente, algo que hace que irradie felicidad, y que
tiene una vis cómica que se ve a lo lejos, pero esto no quiere decir que sus
dotes interpretativas se vean reducidas a la comedia, un género con una gran
dificultad ya que para mí resulta mucho más difícil hacer reír que llorar. Algo
bastante triste es que quieran exprimir a una artista en un género en el que
está comprobado que sobresale con nota, restringiéndole de esta manera sus
posibilidades de probar otros géneros y, por lo tanto, encasillándola. Ya
demostró en el programa de José Corbacho,
“Homo Zapping”, que sabe moverse en el terreno del humor, pero también dejó
claro que poseía mil caras. Sin embargo, no ha sido hasta hace poco que le han
ofrecido el primer papel dramático de su vida en la película “Vulcania”, cuyo
estreno está fechado para Marzo del 2016, si no recuerdo mal, y por su
interpretación se encontraba entre las posibles candidatas a obtener una
nominación al Goya Revelación, que ya se dice pronto que, con todos los años
que lleva Silvia en la industria, consideren que es una revelación ahora. La
nominación no ha llegado pero lo que sí me ha llegado es un brote de
indignación por este reconocimiento que se muestra esquivo con ella.
Lo que sucede
no es que Silvia solo quiera dedicarse a la comedia, sino que no le ofrecen
otro tipo de papeles. ¿A qué se debe esto?, ¿acaso no se ha comprobado que hay
actores consagrados a la comedia, como es el caso de Matthew McConaughey o Sandra
Bullock, capaces de hacer drama y salir más que airosos de esa aventura?
Puede que la suerte que tienen estos actores de Hollywood es que se encuentran en una industria mucho más grande y
las críticas a los actores las realiza gente que se dedica a ello. Estos
críticos cinematográficos son personas normales y corrientes, y su opinión
sigue siendo por lo tanto subjetiva, pero es gente que, a pesar de estar dentro
del mundillo, se mantiene al margen.
Los actores
también comentan sobre sus compañeros pero algo que no veremos, en la mayor
parte de los casos, es a estos actores internacionales criticar de forma dura
la actuación de uno de sus compañeros. Algunos se pasan de “buenos” y halagan aquello que no se puede halagar, otros son más neutros y
comedidos con sus comentarios, y también están los que más se arriesgan, lanzando
alguna frase que crea una gran polémica. Sin embargo, no sé si es porque la
industria española del espectáculo tiene otra manera de funcionar o solo sucede
en el caso de Silvia.
¿Cuántas
veces hemos oído algún comentario cercano al desprecio salir de la boca de
algún miembro del jurado de TCMS dirigido a Silvia? “Pareces como la tía de la familia que no se ha
casado, que está borracha en la boda y que se pone a cantar” o “yo creo que
hemos visto a Ana después de tomarse 3 o 4 copitas, y ha sido un poco Ana
Torrija” (qué
gracioso, ¿no?) ¿Llevaría impresos esos comentarios al igual que las
puntuaciones? ¿Dónde queda el compañerismo, que hasta han trabajado juntos, y
ante todo el respeto?
Hasta cierto punto se “agradece” que de su opinión desde el principio porque luego el “te voy a dar buena nota” para Silvia es igual al “te voy a dar una nota regular” para El Sevilla, lo que viene siendo en ambos casos
un 6.
Como hemos
podido ver según ha ido evolucionando esta edición, la valoración que el jurado
hace de las imitaciones de los concursantes afecta al público, un público que
gala tras gala ha ido disminuyendo los puntos que le da a Silvia. Todo lo que
dicen en las valoraciones influye; si ensalzan a unos, “Adrián tiene que ganar una gala de ‘Tu cara me
suena’”, y machacan
a otros, esto termina repercutiendo en el comportamiento tanto del público como
del concursante.
Las últimas
veces, Silvia se ha quedado muy apenada con la valoración y la posterior
puntuación. Ella es una persona llena de luz y que sin importar lo que pase es
feliz, pero todos tenemos un límite y si te están machacando no vas a estar de
humor para comportarte de esa manera tan espontánea y original. Esto es como la
pescadilla que se muerde la cola: el jurado le da comentarios negativos, Silvia
decae y esos momentos de diversión que patrocina, que al parecer es lo que más
valora el público, desaparecen, todo esto es igual a puntuaciones bajas por
ambos sitios. Como Silvia no se toma tan mal como podría tomárselo, la mala
puntuación se repite la semana siguiente, y así viernes tras viernes.
A mí me
gustaría saber porqué le dan artistas que son caramelos por su rasgos tan
significativos a un genio de la parodia. Lo que yo creo es que quieren
aprovecharse del espectáculo que ofrece Silvia en todo momento para que la
animación no decaiga (¡anda que no se nota cuando Silvia está enferma y no
puede campar a sus anchas por el plató!). Obtienen unas audiencias
impresionantes gracias, en una grandísima parte, a ella y luego no se lo
recompensan. En ese caso, si no quieren darle las puntuaciones que se merece al
menos que le suban el sueldo, ya que hace el trabajo hasta de las cocineras con
tanto pastel.
Al menos
estaría bien que sus compañeros la arroparan y le dieran sus 3 puntos de vez en
cuando, puesto que ella casi siempre da sus puntos a aquel que va peor en la
clasificación ese día (a El Sevilla unas cuantas veces) y sino a aquel que no
ha ganado aún y tiene posibilidades en esa gala (Vicky Larraz).
Esperemos que
su paso por TCMS, que tanto reconocimiento está teniendo en las redes sociales
por parte del público y en los medios de comunicación no sea olvidado, que
todos esos nuevos seguidores se mantengan fiel a ella y que sus imitaciones no
pasen sin pena ni gloria como lo hicieron en su día sus parodias de Susanna Griso o Isabel Gemio, en “Homo Zapping”, Carmen
Lomana, en “La escobilla nacional”, o Esperanza
Aguirre, en “Buenafuente”.
Ahora que os
he presentado a algunos de los personajes públicos a los que ha parodiado, todo
está preparado para que en el siguiente post empiece a hablaros de algunos de
estos personajes con el objetivo de que los de siempre revivamos esos
momentazos que Silvia protagonizó en el pasado, que los nuevos se empapen bien
y recuperen el tiempo “perdido” y que los que solo conocen una faceta suya
entiendan que tiene mil caras.
Me encantaría
que dejarais vuestros comentarios con sugerencias e impresiones para que me
ayuden en la siguiente entrada y saber qué es lo que más os gustaría leer.
Este año se
acaba ya y solo me queda desearos un estupendo final de año y un maravilloso comienzo
para el 2016. Mantened este regusto a Abril y continuad leyéndome, queridísimos
lectores.