#GraciasSilvia
¡Hola a todos, mis queridos
lectores!
Como ya predije cuando iba a
empezar este blog, he estado ausente por temas académicos, y esto no ha hecho
más que empezar. La semana que viene comienzo de nuevo las clases y escribir en
el blog se convertirá en algo que haga en mis casi inexistentes ratos
libres. Aparcando esto a un lado, puesto que hoy no vengo a pedir perdón, os
digo que este post no va a ser la continuación del anterior. La publicación de “Los orígenes olvidados de Sílvia Abril 2.0: Homo
Zapping” está en curso
pero mi objetivo de hoy es muy diferente.
Como ya sabréis, hoy es la segunda semifinal de “Tu cara me suena”, sí, amigos, ya se acaba y muchos de nosotros nos preparamos para ello. Para mí,
personalmente, esto va a suponer quedarme sin aquello que me ha estado
motivando semana tras semana, convenciéndome de que merecía la pena sufrir en
la universidad porque el viernes noche obtenía la ansiada recompensa. No sigo
porque me pongo moñas y este post es para alentar, no para deprimir; en un blog
dedicado a Sílvia no puede haber llanto.
Bien, este post más que estar dedicado a los fans, está dedicado a
toda esa gente que disfruta con el programa de Antena3. No hace falta que os cuente cómo funciona el mecanismo de
votación ahora que las galas están siendo en directo. Desde la semana pasada,
hemos podido votar a nuestros favoritos desde casa, y esta semana también
tenemos esta opción. ¿Qué si os vengo a vender la moto para que votéis a
Sílvia? Sí y no. “Sí” porque los fans siempre emprendemos pequeñas
campañas para dar apoyo a nuestros ídolos y que lleguen lo más lejos posible
sintiendo muy de cerca nuestro cariño. Estos momentos son muy preciados tanto
para el ídolo como para el fan, ya que se nos da la oportunidad de devolverles
un poquito de lo que ellos nos dan a través de los años, los meses o los días,
sin importar desde cuando seguimos a esa persona, y ellos se dan cuenta de que
su trabajo es verdaderamente valorado. No se nos olvide que ellos viven por y
para nosotros, y esto no es una simple frase; “para” porque su
objetivo es acercarnos el arte y su trabajo, y “por” puesto que
si no tienen, ya no seguidores, sino gente que observe su trabajo, no pueden
ganarse la vida. “No” porque este post pretende ser un brevísimo recordatorio de lo que ha supuesto el paso de Sílvia por el programa.
Según está la situación económica en nuestro país no puedo intentar
convenceros de que llaméis o mandéis un SMS por ella, solo os digo que si os
encontráis en disposición de hacerlo “adelante”, pero que si no, desde el CFO de Sílvia Abril (@silviabril_cfo), hemos creado, con la ayuda de otras
cuentas, como @Cachivaches1125, y la iniciativa de una integrante del CFO (
@silviabrilcf) un hastag con el que podréis darle apoyo gratuitamente tuiteando
durante la gala de esta noche. Si bien los tuits no se contabilizan y por lo tanto
no “sirven” para que obtenga más puntos, son una manera de decirle tanto a Sílvia
como al jurado que ella ha sido indispensable durante esta edición de “TCMS”.
A estas alturas de la edición, cada uno tenemos ya a nuestros
favoritos y convencer a un fan de que vote a otro concursante que no sea su
ídolo es imposible. Por mucho que hoy nuestro favorito haga una
imitación/actuación de pena vamos a seguir votándole. Me incluyo en esta
categoría de votantes fijos e intransferibles por dos motivos: creo que ya es
hora de que el progreso de Sílvia se vea reflejado en las votaciones, dejando
atrás esas injustas puntuaciones que le han atribuido en las galas pasadas, y
para ponerle en el lugar que se merece realmente.
Es innegable que muchos de los concursantes han mejorado de una manera
impresionante desde que llegaron al programa, como es el caso de Ana Morgade. Sin embargo, con Ana el jurado se ha
comportado de manera benevolente, citando en incontables ocasiones su mejora.
¿Se merecería estar en la final porque su evolución ha sido la que más ha
destacado (según la mayor parte de la gente)? Puede, pero si bien no se nos
olvida esa evolución, tampoco ha de olvidársenos que a ella sí que le han
valorado como se debía, mientras que el progreso de Sílvia, siendo también
digno de comentar (echar la vista atrás y comparar su Sor Cristina con su Lady
Gaga), ha pasado de puntillas, en silencio y sin tener un pequeño
reconocimiento por mínimo que fuera. Por lo tanto, si hablamos de gente que
debería pasar a la final por su trayectoria puede que nos encontráramos con un
empate entre ambas pero, repito, ya que una ha obtenido el esperado
reconocimiento, sería más justo que ahora lo tuviera la otra, y qué mejor
reconocimiento que pasar a la final para demostrar que verdaderamente se está
esforzando. Que conste que con esto no desmerezco el trabajo de Ana, muy al
contrario, creo que es muy posible que ella se encuentre entre los finalistas y
por “méritos
propios” (ella sí,
Latre).
No os voy a citar todas las imitaciones de Sílvia, las cuales podéis
encontrar en Atresmedia, ni a
enumerar todas las cualidades de esta mujer, solo pido que valoréis su paso por
la edición, y pensad por un momento cómo habría sido esta sin ella. Sin duda,
ha sido la edición que más público ha atraído y, como ya dije en otra ocasión,
esto se debe al elenco de concursantes que realizan actuaciones dignas de
mandar fuera de España para que otros países vean el nivelazo que tenemos aquí.
La cosa es que, además de ser un concurso musical (de imitaciones y no de haber quién
canta mejor, eh), también es un programa de entretenimiento y todo el peso de
esta última parte lo ha llevado prácticamente Sílvia; sin dejar de lado el lado
musical que tenía que ofrecer nos ha proporcionado humor del bueno. Ella ha sabido
meterse “en el alma
del artista” y ha permanecido desde el comienzo de la gala
hasta el final de esta metida en el personaje. Ha preparado pedos de monja y tartas, se
compró un vocímetro para “dar fe de que
la que desafina [es ella]”, ha paseado
al perro y su rabo de diablo, ha cantado trabalenguas en español y en inglés,
ha planchado y hecho harakiris, se ha columpiado y ha atravesado aros de fuego, por citar algunas de sus proezas ¿De qué otro concursante se puede decir lo mismo? Además, los artistas a
los que ha imitado no se parecían en nada: de Ylenia a Sor Cristina, de Massiel a Geri Halliwell, de Miguel
Bosé a Raffaella Carrá, y muchos
más que lo único que podrían tener en común era la peluca rubia, porque por lo demás…
Valorando desde su faceta más cómica hasta la más trabajadora e
imitadora, Sílvia Abril merece un reconocimiento, y si no puede pasar a la
final (algo que ella no se tomaría mal, al contrario que otros
concursantes) al menos que sienta que ha cumplido su objetivo en el programa: “hacernos disfrutar”.
PD: Desde el CFO nos gustaría pediros que, al usar el hastag
#GraciasSilvia, intentéis no
mencionarla demasiado en vuestros tuits para impedir que le pete el móvil. Tranquilos, porque aunque
no se mencione su cuenta oficial en los tuits, consigamos o no ser Trending Topic en la red
social de Twitter, luego subiremos alguna captura de estos tuits a la cuenta de
Instagram, etiquetando a Sílvia y a su manager para que llegue a ella todo el
cariño y el apoyo.
Solo me queda daros las gracias y desearos una gran noche llena de
música.